La Positividad.
¿Puedes pensar en un momento importante en tu vida que no implicó fuertes sentimientos?… ¡Imposible, cierto!… De hecho, podría ser difícil recordar cualquier momento en que no hayamos sentido nada.
El sello distintivo de la felicidad son las emociones positivas frecuentes como la alegría, el placer, la satisfacción, el regocijo, la serenidad, la curiosidad, el interés, la vitalidad, el entusiasmo, el orgullo, entre otras. Sin embargo, la felicidad incluye también otras emociones aparentemente más alejadas de ella, como el compromiso, la lucha, el reto e incluso el dolor (Zuazua, 2012).
Actualmente la psicología ha segmentado la investigación de las emociones en “positivas” y “negativas”, esto no quiere decir que experimentar emociones positivas sea bueno y experimentar emociones negativas sea malo. Algunos investigadores como Ford y Mauss (2018) han llegado a la conclusión que experimentar demasiadas emociones positivas puede traer repercusiones como adicciones o correr riesgos innecesarios, por otra parte, experimentar emociones negativas como la tristeza ante un grupo de personas puede servir para que el grupo nos brinde apoyo emocional y confort.
El jugador de la selección mexicana Edson Álvarez experimenta tristeza por la derrota de su equipo en el mundial de Rusia 2018. Uno de sus compañeros acude para darle apoyo emocional y confort.
La segmentación del estudio de las emociones se debe a que en un inicio las emociones “negativas” como la ansiedad, el asco, el enojo, el miedo, la tristeza, entre otras, eran mucho más fácil de estudiar pues las reacciones fisiológicas en el cuerpo humano son muy notables a simple vista (expresión facial, cambio en color de la piel, aceleración de la respiración, ritmo cardíaco, y pulso, dilatación de pupilas, etc.). Además, la función de las emociones “negativas” esta relacionado con salvaguardar nuestra integridad, por ejemplo, experimentar enojo/ira nos impulsa hacer frente ante una injusticia que nos perjudica o sentir asco nos permite alejarnos del olor que expide determinado lugar o alimento que posiblemente pueden estar contaminados. La experimentación de este tipo de emociones en un tiempo prolongado tienden a ser perjudiciales para la salud, de ahí que los psicólogos le dieron más importancia al estudio de las emociones “negativas”.
Cada emoción (positiva o negativa) tiene reacciones fisiológicas que las caracterizan, sin embargo, en las emociones negativas son más fáciles de distinguir.
Años posteriores, con el avance de la ciencia y tecnología (electroencefalogramas, resonancias magnéticas, mediciones biológicas como sangre y saliva) empezaron a ser empleados por los psicólogos para estudiar y conocer más sobre las emociones “positivas” (la alegría, la diversión, la gratitud, el interés, el orgullo, entre otras), estás a diferencias de las emociones “negativas” las reacciones fisiológicas son menos notorias (cuesta más trabajo estudiarlas) y no se sabia exactamente cuales eran sus funciones, se creía que únicamente estaban relacionadas con el placer y la satisfacción, y que experimentarlas por tiempos prolongados no trían repercusiones para la salud.
Actualmente, los psicólogos distinguen un amplio repertorio de emociones positivas que incluyen sensaciones placenteras, afectos, emociones, estados de ánimo, entre otros. Las diferentes emociones difieren en la intensidad y duración de la reacción con respecto a los estímulos o situaciones que las provocan (Peterson, 2006).
¿Qué son las Emociones?
Actualmente no existe una definición única que explique el concepto de emociones. Es por eso, que a continuación se exponen 3 definiciones que permiten tener una perspectiva más amplia sobre dicho termino:
- “Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática” (RAE, 2017).
- “Una respuesta experiencial, fisiológica y de comportamiento a un estímulo personalmente significativo” (Ford y Mauss, 2018).
- “Son tendencias de respuesta con un gran valor adaptativo, que tienen evidentes manifestaciones a nivel fisiológico, en la expresión facial, la experiencia subjetiva, el procesamiento de la información, etc., que son intensas pero breves en el tiempo y que surgen ante la evaluación de algún acontecimiento antecedente” (Vecina, 2006).
“Se puede concluir que una emoción es una reacción breve que tiene efectos en el individuo de manera fisiológica, en la cognición, en el comportamiento y en los demás.”
Cabe mencionar que las emociones tienen su sede biológica en un conjunto de estructuras nerviosas denominado sistema límbico, que incluye el hipocampo, la circunvalación del cuerpo calloso, el tálamo anterior y la amígdala. La amígdala, además de desempeñar otras funciones, es la principal gestora de las emociones y su lesión anula la capacidad emocional.
Sistema límbico, también conocido como Cerebro emocional.
Las conexiones neuronales entre estas estructuras ubicadas en el cerebro reptiliano y la parte moderna del cerebro, el neocortex, son muchas y directas, lo cual asegura una comunicación de vértigo muy adaptativa en términos evolutivos (Ledoux, 1996, citado por Vecina, 2006). Esto hace que sea algo ficticio hablar de pensamiento, emoción y conducta como entidades separadas. Sin embargo, en la práctica investigadora se diferencian para hacer más abordable su estudio.
Emociones Positivas Vs. Emociones Negativas
Las emociones positivas son aquellas en las que predomina la valencia del placer o bienestar (Diener, Larsen y Lucas, 2003); tienen una duración temporal y movilizan escasos recursos para su afrontamiento; además, permiten cultivar las fortalezas y virtudes personales, aspectos necesarios y que conducen a la felicidad. Asimismo, son estados subjetivos que la persona experimenta en razón de sus circunstancias, por lo que son personales e involucran sentimientos (Vecina, 2006).
“Son descritas como reacciones breves que típicamente se experimentan cuando sucede algo que es significativo para la persona” (Contreras y Esguerra, 2006).
Por su parte, las emociones negativas, por su función de supervivencia, restringen la visión sobre las acciones que puede llevar a cabo una persona en una situación concreta. Por el contrario, las emociones positivas lo amplían, abriendo el rango de pensamientos y acciones. Por ejemplo:
- La alegría despierta el interés por el juego y la creatividad.
- La curiosidad empuja a la exploración y el aprendizaje.
- La serenidad invita a saborear las circunstancias del presente e integrarlas en una nueva perspectiva de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
La alegría despierta el interés por el juego y la creatividad, en cambio, el miedo reduce el campo de visión y pensamiento para alejarnos de aquello que posiblemente nos puede hacer daño.
Las emociones positivas tienen un objetivo fundamental en la evolución, en cuanto que amplían los recursos intelectuales, físicos y sociales de los individuos, los hacen más perdurables y acrecientan las reservas a las que se puede recurrir cuando se presentan amenazas u oportunidades; asimismo, incrementan los patrones para actuar en ciertas situaciones mediante la optimización de los propios recursos personales en el nivel físico, psicológico y social (Fredrickson, 2001).
Según Bárbara Fredrickson (2003), tanto las emociones negativas y como las emociones positivas tienen una función adaptativa, pero actúan en escalas de tiempo distintas. Las emociones negativas como el miedo, la ira o la ansiedad, nos preparan para realizar una conducta de supervivencia en una situación de peligro. Nos preparan para una reacción inmediata.
En cambio, los beneficios adaptativos de las emociones positivas son a más largo plazo.Las emociones positivas ayudan a construir un conjunto de recursos personales (físicos, intelectuales y sociales) que el individuo puede aprovechar posteriormente para afrontar una dificultad, escogiendo opciones más creativas.
Teoría de la Ampliación y de la Construcción
Una teoría que sustenta lo anterior es la llamada “teoría de ampliación y construcción de las emociones positivas”, la cual sostiene que emociones como la alegría, el entusiasmo, la satisfacción y demás comparten la finalidad de ampliar los pensamientos y acciones de las personas (Fredrickson, 1998, 2001).
Asimismo, el cultivo de las emociones positivas puede servir para la consecución de metas de vida que las personas se plantean, así como para la búsqueda del bienestar. Lo anterior ha sido sometido a experimentaciones rigurosas que demuestran cómo las emociones positivas producen patrones de pensamiento novedosos, flexibles, inclusivos y creativos; de igual modo, amplían el repertorio de pensamientos y acciones de la persona que resultan de la primera –y central– premisa de esta teoría.
Adicionalmente, la teoría de la Ampliación y Construcción propone que experimentar emociones positivas permite construir y reforzar los recursos con los que cuenta la persona, ya sea de forma física, intelectual y social, creando así una espiral ascendente que transforma a la persona. Incluso hay evidencia empírica que sugiere que dicho espiral ascendente predice con gran efectividad el sentido de bienestar de las personas (Fredrickson, 2002).
Según el modelo de Fredrickson (2002), hay tres efectos secuenciales de las emociones positivas:
- Ampliación: las emociones positivas amplían las tendencias de pensamiento y acción.
- Construcción: debido a la ampliación, se favorece la construcción de recursos personales para afrontar situaciones difíciles o problemáticas.
- Transformación: esta construcción produce la transformación de la persona, que se torna más creativa, muestra un conocimiento más profundo de las situaciones, es más resistente a las dificultades y socialmente mejor integrado, con lo que llega a una “espiral ascendente” que lleva a que se experimenten nuevas emociones positivas.
A que nos impulsa la positividad
La positividad nos impulsa a explorar, a mezclarnos con el mundo de diferentes formas. Fredrickson (2002) propone diez formas de positividad o emociones positivas:
- Alegría: Se experimenta como radiante y ligera, los colores parecen más vivos, caminas con fuerza, tu cara se ilumina con una sonrisa y un brillo interior. No quieres perderte ni un solo detalle
¿Qué te produce alegría? - Gratitud:La gratitud llega cuando agradecemos algo que ha venido a nuestro encuentro como un regalo. Abre tu corazón y genera el impulso de corresponder, hacer algo bueno a cambio, ya sea por la persona que te ayudó o por alguien más
¿Cuándo fue la última vez que agradeciste algo? - Serenidad:Es cuando sueltas ese largo suspiro porque estás en una situación de lo más agradable y adecuada; por ejemplo, pasearte en la playa o meterte en la cama. La serenidad es la emoción luminiscente y suele venir después de otras formas de positividad, como la alegría y el orgullo
¿Cuándo has experimentado serenidad? - Interés: Algo nuevo y distinto llama tu atención, una sensación de posibilidad o misterio. El interés requiere esfuerzo y atención. Sientes un impulso de explorar y sumergirte en lo que acabas de descubrir, detectas retos que te permiten fortalecer tus habilidades.
¿Qué capta tu interés? - Esperanza: Aparece cuando estás en una situación desesperada, no te está yendo bien o tienes muy poca certeza acerca de cómo saldrán las cosas. La esperanza te sostiene, te impide rendirte a la desesperación, y te motiva a aprovechar tus propias capacidades e ingenio. Gracias a la esperanza encontramos la energía necesaria para hacer todo lo posible por forjarnos una buena vida para nosotros mismos y quienes nos rodean.
¿Has sentido esperanza? - Orgullo: Es una de las llamadas emociones cohibidas, tiene dos sentimientos opuestos: la vergüenza y la culpa. El orgullo florece tras un logro en el que has invertido esfuerzos y capacidades, y has tenido éxito. Despierta sueños de éxitos futuros, y de esta manera alimenta la motivación a seguir teniendo éxito;
¿Qué te hace sentir orgulloso? - Diversión: Implica el impulso de reírse y compartir la jovialidad con otros ante situaciones que resultan divertidas. La diversión es un hecho social.
¿Qué te hace reír? - Inspiración: Cautiva nuestra atención, reconforta nuestro corazón y nos involucra. Crea el impulso de dar lo mejor de nosotros mismos. Su antítesis es la envidia. Algunos ejemplos de inspiración podrían ser: escuchar una sinfonía de Beethoven, leer una obra literaria premiada o ver jugar a un campeón de un deporte.
¿Qué te inspira? - Asombro: Es una inspiración abrumadora, como observar un atardecer en el mar, oír las olas chocando contra el acantilado o una caída de agua.
¿Qué te asombra? - Amor: Es la integración de todas las emociones positivas anteriores. El contexto transforma todas las formas de positividad en amor, despierta una relación segura y abierta. La positividad, ya sea que se presente como cualquiera de las emociones positivas anteriormente descritas, amplía nuestra mente y expande nuestro campo de posibilidades, nos ofrece un nuevo panorama para enfrentar la vida.
¿Hacia quién sientes amor en este momento de tu vida?
Las 10 formas de Positividad que propone la Dra. Barbara Fredrickson
Tarragona (2013), nos comenta que las investigaciones sobre los efectos de las emociones positivas son impresionantes. Fredrickson (2009) analizó los resultados de más de 300 estudios científicos sobre el tema, y concluye que:
- Las personas que experimentan emociones positivas más frecuentes y emociones negativas menos frecuentes tienen un mayor bienestar.
- La positividad lleva a mayor éxito en la vida, por ej. a tener un matrimonio más satisfactorio, un mejor salario y un mejor estado de salud.
- La positividad se correlaciona con mejores resultados en pruebas académicas, con mayor precisión y cuidado en la toma de decisiones y con mejores relaciones interpersonales.
- La positividad permite manejar mejor la adversidad.
- La positividad ayuda a tener mejor salud física, ya que se correlaciona con niveles menores de hormonas de estrés y mayores niveles de dopamina y opioides que estimulan al sistema inmunológico y disminuyen la respuesta inflamatoria ante el estrés.
En particular, el efecto de la emoción positiva sobre la longevidad es tan poderoso como el efecto del tabaquismo. Quizás lo más importante es que algunas investigaciones respaldan directamente que las experiencias emocionales causan estos diversos resultados en lugar de ser solo una consecuencia de ellas (Fredrickson, Cohn, Coffey, Pek y Finkel, 2008; Lyubomirsky et al., 2005).
Lo maravilloso de las emociones positivas es que son individuales, dependen más de nuestras interpretaciones internas que de circunstancias externas; esto significa que el camino de cada uno hacia el florecimiento es único.¿Qué emoción crees que estén experimentando?
Tarragona (2013), nos comenta que todos tenemos emociones negativas y positivas, sería absurdo pensar en una vida en la que sólo sintiéramos cosas lindas. Hay momentos en los que las emociones negativas son apropiadas y útiles. Una de las cosas más interesantes que han encontrado los investigadores es que lo importante no es sólo la cantidad de emociones positivas o negativas que tengamos, sino la proporción que existe entre éstas. Hay una proporción de positividad que predice si una persona “florece” o se “marchita”: 3 a 1. O sea que las personas más plenas experimentan tres emociones positivas por cada emoción negativa que tienen.
El investigador Robert Schwartz ha visto que las personas deprimidas tienen una proporción de 1 a 1, es decir, una emoción negativa por cada positiva. Si quiere ver cuál es su proporción de positividad, puede hacer la prueba diseñada por la Dra. Fredrickson en www.positivityratio.com
Entra a www.positivityratio.com y en la sección Take The Test puedes responder la prueba que mide el ratio de positividad.
Si queremos aumentar el nivel de positividad en nuestra vida, una buena manera es llevar un diario e identificar cuándo sentimos cada una de las 10 formas de positividad, por ejemplo:
- ¿En qué circunstancias me siento más entusiasmada?
- ¿Qué días me siento sereno?
- ¿Cuándo me he divertido más en esta semana?
- ¿Qué me ha inspirado o me ha hecho sentir asombro?
- ¿Con quiénes siento y expreso más amor?
- ¿En qué contextos me siento esperanzada?
Si nos damos cuenta de cuándo, dónde, cómo y con quiénes experimentamos más positividad, podemos hacer un esfuerzo por crear experiencias positivas de forma deliberada en nuestra vida.
Por otra parte, el psicólogo español Alberto Zuazua (2012, pág. 217-219) en su libro titulado “Felicidad Sostenible” nos proporciona las siguientes “Actitudes” que nos permite incrementar la autoaceptación o autoestima, sin embargo, sus recomendaciones se relacionan directamente también para incrementar la positividad:
- Apasionarme con la aventura de vivir: disfrutar, jugar, reír, asombrarme, descubrí, transgredir algunos límites de lo convencional; no dar nada por sentado, afrontar las dificultades y centrarme en el presente.
- Expresar y vivir mis sentimientos y emociones. Entre las emociones, el amor es la mejor inversión para aumentar la felicidad.
- Saborear las alegrías de mi vida: captar las alegrías del presente, alegrarme con lo que tengo, disfrutando de las experiencias positivas y dando rienda suelta los sentidos.
- Mirar el lado bueno de un contratiempo, comprender la abundancia de la vida.
- Ser optimista y abierto, y disfrutar del humor; ser más teatrero, más niño.
- Valorarme, cuidarme, quererme; mirar alrededor valorando lo que tiene de positivo.
- Actitud meditativa: no juzgar, observar; no esforzarme, avanzar, tener paciencia, no forzar; tener confianza en mí mismo y en la vida; ser abierto, prestar atención; despreocuparme.
- Ser consciente, despejar la mente y conectarme al presente, prestando mucha atención al aquí y ahora, estando muy al tanto de lo que ocurre alrededor.
- Relajación, prestar atención a la respiración; toma de consciencia de sensaciones corporales, pensamientos y emociones.
- Expresar gratitud, dar las gracias por lo que tengo.
- Anticipar las alegrías, esperar con ansia e imaginar acontecimientos felices futuros.
- Rememorar las alegrías del pasado, volviendo a alegrarme con ellas (diario o álbum de positividad).
- Ante las situaciones graves o dramáticas, recordar que vendrán tiempos mejores.
Conclusión
Se ha categorizado experiencia emocional a las emociones o estados de ánimos en positivos y negativos. Las emociones tienen su sede biológica en un conjunto de estructuras nerviosas denominado sistema límbico y es la amígdala, la principal gestora de las emociones y su lesión anula la capacidad emocional.
Las emociones negativas, por su función de supervivencia, restringen la visión sobre las acciones que puede llevar a cabo una persona en una situación concreta. En cambio, las emociones positivas ayudan a construir un conjunto de recursos personales (físicos, intelectuales y sociales) que el individuo puede aprovechar posteriormente para afrontar una dificultad, escogiendo opciones más creativas.
Bárbara Fredrickson propone diez formas de positividad o emociones positivas: alegría, gratitud, serenidad, interés, esperanza, orgullo, diversión, inspiración, asombro, amor. La teoría de ampliación y construcción de las emociones positivas sostiene que las emociones como la alegría, el entusiasmo, la satisfacción y demás, comparten la finalidad de ampliar los pensamientos y acciones de las personas (Fredrickson, 1998). Experimentar emociones positivas permite construir y reforzar los recursos con los que cuenta la persona, ya sea de forma física, intelectual y social, creando así una espiral ascendente que transforma a la persona.
Por ultimo, les comparto los siguientes vídeos, en el primero aparece la Dra. Barbara Fredrickson donde nos comenta como las emociones positivas nos ayudan a transformarnos y el impacto que tiene la meditación compasiva para evocar emociones positivas. En el segundo vídeo es un comercial tailandés donde se puede apreciar como un joven experimenta la felicidad (satisfacción con su vida) a través de pequeños actos de bondad y generosidad, y son las emociones positivas su recompensa por ayudar a los demás.
- Flores, J. (2017). Motivación y Emoción: https://slideplayer.es/slide/10653775/ [Recuperado 27 de marzo de 2019].
- Ford, B. y Mauss, IB (2018). Experiencia emocional y bienestar. En R. Biswas-Diener y E. Diener (Eds), serie de libros de texto Noba: Psicología. Champaign, IL: editores de DEF. DOI: nobaproject.com
- Fredrickson, B. (2009). Vida Positiva, cómo superar las emociones negativas y prosperar. Colombia: Norma.
- Cartes, N. (2014). Unsung Hero[Vídeo]. Disponible: https://www.youtube.com/watch?v=ndN3QieDJ-U&t=6s [Recuperado 27 de marzo de 2019].
- Positivity. (2009). Positivity, Take the Test: www.positivityratio.com [Recuperado 27 de marzo de 2019].
- Tapia-V., A., Tarragona, M. y González, M. (2012) Psicología Positiva. México: Trillas.
- Tarragona, M. (2013). La Positividad: http://positivamente.com.mx/la-positividad/ [Recuperado 27 de marzo de 2019].
- Tarragona, M. (2014). Tu mejor tú: Cómo la Psicología positiva te enseña a subrayar las experiencias que fortalecen tu identidad. Madrid, España.: Edit. Alianza.
- Vázquez, C. y Hervás, G. (2009). La ciencia del bienestar: Fundamentos de una psicología positiva. España: Alianza.
- Vecina Jiménez, M. L. (2006). Emociones positivas. Papeles del psicólogo, 27(1).
- Zuazua, A. (2012). Felicidad Sostenible: Clave para un nuevo proyecto de vida en el siglo XXI. Barcelona, España.: Edit. Paidós.
- Velasco, G. (2014). Las Emociones Positivas de Bárbara Fredrickson: https://gerryvelasco.wordpress.com/2014/09/13/las-emociones-positivas-de-barbara-fredrickson/ [Recuperado 27 de marzo de 2019].
- Velasco, G. (2016). Elaborar Portafolios de Positividad: https://gerryvelasco.wordpress.com/2016/02/09/elaborar-portafolios-de-positividad/ [Recuperado 27 de marzo de 2019].
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